Desarrollo fisico

11.12.2012 23:38

 

Cuerpos activos, niños saludables

No son sólo los niños de edad escolar quienes al estar sentados largo tiempo frente a la televisión no hacen suficiente ejercicio físico sino tambien niños promedio de tres años de edad. En un estudio médico ( 1 ) realizado en el Reino Unido se encontró que estos niños consumen más calorías diarias que hace 25 años atrás, mientras que el grado de actividad física de ellos ha disminuido resultando así en 200 calorías más que ?no queman? en el día. Esto ha suscitado preocupación en el mundo científico acerca del sobrepeso en el niño pequeño, así como sus futuros problemas de salud, bienestar emocional, su conducta y la capacidad de aprendizaje.

De hecho, un estudio realizado por la Fundación Kaiser encontró que: ?según sus padres, los niños de hasta seis años de edad se pasan un promedio de aproximadamente dos horas diarias frente a algún aparato con pantalla (televisión, videos, computadoras, videojuegos), que es más o menos el mismo tiempo que deben pasar jugando afuera?. Otros factores que influyen en que los niños pequeños hagan menos ejercicio está en el mayor uso de automóviles así como los muchos aparatos a su disposición lo que hace que los niños estén sentados jugando y sin caminar.

 

Desarrollo físico: Aprendo acerca de mi cuerpo y me fortalezco moviéndome.

Al usar su cuerpo para explorar y comunicarse, el bebé realiza el movimiento que necesita para tener un cuerpo fuerte y saludable. Cada vez que su bebé balancea sus bracitos, patea o voltea su cabeza, está descubriendo cómo funcionan las distintas partes de su cuerpo, individualmente y en conjunto.

Carlos, que tiene cinco meses, se estira con entusiasmo todo lo que puede para alcanzar el juguete que su mamá tiene en la mano. Balanceándose y estirando todo su cuerpo, de pronto se da cuenta de que ha rodado y quedado sobre su barriguita y que ahora puede tomar el juguete.

Los niños fortalecen los músculos grandes tratando de alcanzar algo, rodando, empujando, sentándose, gateando, trepando y caminando. Esto conduce al desarrollo posterior de los movimientos más finos, que dependen de músculos pequeños, que son necesarios por ejemplo para sostener una cuchara o manejar un lápiz de color.

Desarrollo intelectual: Me muevo, aprendo.

La actividad física estimula la conexión entre la mente y el cuerpo. Los niños aumentan su capacidad de resolver problemas al intentar realizar diversos actos como, treparse, ponerse debajo o pasar a través de algún objeto.

Una bebé llamada Alejandra que tiene nueve meses de edad, aprende acerca de la permanencia de los objetos (es decir, que las cosas siguen existiendo aún cuando ella no pueda verlas) cuando su papá la anima a buscar una pelota con la que estaban jugando y que rodó debajo de un sofá.

El movimiento también es esencial para ayudar al niño a poner sus ideas en acción y así lograr un objetivo. Por ejemplo, un bebé de ocho meses quiere su biberón. Para poder alcanzarlo tiene que hacer su plan y luego llevarlo a cabo. Gatea hasta donde está su mamá y la jala de una pierna. Luego, mira hacia arriba, hacia donde está el biberón, y empieza a lloriquear. Su mamá lo carga y se lo da. Misión cumplida.

Comunicación: Mírame y sabrás cómo me siento y en qué estoy pensando.

El movimiento es un medio esencial de comunicación y una de las primeras formas en que el niño expresa sus pensamientos y cómo se siente.

El pequeño Alberto, de dieciséis meses, toma la mano de su mamá, la lleva hasta la cocina y le señala la tacita que quiere que le alcance.

Las respuestas de su mamá ante los movimientos de su hijo lo ayudan a aprender a comunicarse. Esto también hace que se sienta amado e importante. Al copiar sus expresiones faciales, ritmos y movimientos corporales, lo alentará a comunicarse más y más.

 

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